Patrimonio de la Humanidad:¿hecho o eufemismo?

Trinidad Patrimonio de la Humanidad. hecho o eufemismoTal vez a esta hora, Marta Arjona, con esa pasión raigal hacia la cultura que habría de acompañarle hasta el último momento de su existencia, todavía no había superado el escalofrío que le sacudió los huesos al entregar, hacía 24 horas, el expediente de solicitud a la comisión de la Unesco, en la XII Sesión Ordinaria del Comité del Patrimonio Mundial, celebrada en Brasilia del 5 al 9 de diciembre de 1988, para convertir a la Ciudad Museo del Mar Caribe en Patrimonio de la Humanidad.

Meses antes, las madrugadas sorprendían a Alicia García Santana, Silvia Teresita Angelbello, Víctor Echenagusía y muchos otros con un amasijo de folios explicando con sumo detalle las potencialidades del Centro Histórico Urbano y el Valle de los Ingenios —sin que mediara el regionalismo—, que podían acreditar a la villa; horas en vilo cuya recompensa llegó aquel 8 de diciembre al ver el nombre del terruño en la lista de sitios patrimoniales del orbe.

A la postre, la condición devino una especie de carta de presentación de este rincón del centro sur de la Isla, enclavado en la falda de una loma. Mas, a 26 años de aquella suerte de punto cero para Trinidad, el slogan de “ciudad dormida en el tiempo” parece un concepto con excesos de romanticismo. Un vistazo panorámico desde el campanario del antiguo convento de San Francisco de Asís, hoy Museo Nacional de la Lucha Contra Bandidos, o desde la torre de la otrora residencia de la familia Cantero, actual Museo Municipal de Historia, basta para advertir una ciudad avocada —todavía no así hundida— en el turismo.

De modo que el todopoderoso sector turístico enraíza en cuanta aletargada institución estatal encuentra a su paso, y no para transformarlas, precisamente, en centro difusores de tradiciones genuinas de la localidad.

Hablar de quietud en el Centro Histórico Urbano de Trinidad constituye a estas alturas el mayor de los eufemismos posibles. Si existe un sitio donde se materializa el postmoderno concepto de fusión musical, es en la zona A.

De un lado, la veterana Casa de la Música; del otro, instalaciones de reciente creación: el rock en el Yesterday, el pop en el Rincón de la Salsa —en teoría así se llama, aunque salsa sea lo menos escuchado— y el Patio de Béquer, cuyos detractores crecen por día.

¿Será posible terminar dicho vía crucis? ¿El turismo le ganará definitivamente al Patrimonio? ¿El Patrimonio dejará a un lado las labores cosméticas en las calles para centrarse en no ceder más terreno?

Por semejante cuerda floja transita la villa en estos tiempos, con un Valle en plena reanimación, cierto, pero con centro histórico lacerado. Quizá sea oportuno recordar a la doctora Alicia García cuando expresó: “Trinidad es un don del cielo, entre otras cuestiones, por la conservación del conjunto urbano y por tener un centro histórico habitado. Aunque el turismo nos abrió al mundo, no puede destruir la ciudad”.

Por eso este 8 de diciembre la urbe trinitaria no ofreció su mejor semblante, si bien la maquillaron para el aniversario de su declaración como Patrimonio de la Humanidad. Con 500 años sobre sus hombros, a la ciudad parece angustiarle la idea de si, a estas alturas, sus hijos sabrán defenderla con la vehemencia que merece.

12 Respuestas a “Patrimonio de la Humanidad:¿hecho o eufemismo?

  1. Tenemos muchas ASIGNATURAS PENDIENTES POR RESOLVER….Por ejemplo…exportacion, juriseprudencia, economia interna…etc

    El guajiro de TAMARINDO

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  2. Uyyyyy Carli mucha tela por donde cortar!!! Voy a ver si encuentro un artículo que leí hace poco sobre Venecia que viene por este mismo rumbo se llama «La muerte de Venecia» y se refiere a grandes rasgos, a esto mismo, a la muerte de la identidad de la villa veneciana en manos de hordas de turistas que ya ni siquiera ven la ciudad incapaces de valorar el entorno por el que tienen la suerte de caminar , afanados sólo y únicamente en tomarse miles de fotografías para decir «mira estuve o estoy en Venecia» el artículo se refiere también al éxodo cada vez mayor de la población autóctona de Venecia con sus costumbre centenarias, su panadero de toda la vida, los orfebres y artesanos la gente que va y viene en su quehacer cotidiano para ser sustituidos cada vez más por hostales para turistas, restaurantes para turistas, tiendas para turistas (con la consiguiente invasión china) En Venecia se venden miles de «máscaras venecianas» hechas en fábricas chinas al por mayor. Venecia se ha convertido en una ciudad sin alma, en una postal visitable de donde huyen despavoridos sus genuinos moradores huyendo de los altos precios y del sinsentido del turismo descontrolado… en fin. Creo fervientemente que no hay que decirle no al turismo porque gracias a él Trinidad se ha colocado en el mapa y ha logrado salvar muchas cosas, no solo edificios, que de otra manea se hubieran perdido para siempre pero todo tiene que ser controlado y ese es el mayor temor que no lo sepan controlar quienes tienen el poder para controlarlo. Hace poco me dijeron «el nuevo ministro de turismo está enamorado de Trinidad» hay amores que matan… Ya cuando voy a Trinidad, añoro la misteriosa quietud, y el embrujo que caía sobre la zona más antigua de la ciudad al caer la noche rota solamente por el latir de una guitarra que de vez en cuando se hacía oír por algún rincón de el parque o alguna plazuela. Trinidad tiene que vivir del turismo no el turismo vivir de Trinidad hay que atraer a la gente partiendo de una verdadera cultura autóctona fortalecer las instituciones que cuidan y velan por el patrimonio de la ciudad tanto el tangible como el más frágil, el intangible. Hay que diversificar geográficamente los sitios de esparcimiento y Ocio de la ciudad, que los bares de música al aire libre existan pero con un riguroso control en cuanto a ruidos y horarios. Los turistas tienen que asistir a los espectáculos culturales porque estos existan por si mismos y a pesar del turismo no al revés, no hay cosa más falsa que un espectáculo «folclórico» de esos que son pensados para turistas. Pero eso empieza por la educación por enseñar a los trinitarios desde niños a valorar el tesoro que habitan , a cuidarlo y defenderlo, a vivir su cultura de manera auténtica y genuina y no pensando en lo que va a pagar un turista. El turista es el que tiene que adaptarse a la ciudad y no al revés. Esa es la mejor manera de que Trinidad no muera de «éxito» de lo contrario habremos perdido nuestra ciudad para siempre.

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    • Sin palabras,. como siempre, Rayma. Esperemos que nuetsra Trinidad no se convierta en una ciudad sin alma como Venecia. Y acerca de los ministro de Turismo pues qué decirte, que claro que tiene que a amar a nuestra ciudad (como todos los dirigentes del sector) si nuestra villa tiene el don de engrosar m,uchíiiiimos bolsillos.
      El pobre, cree que lo que está haciendo es la meca, pero en realidad está acabando con el patrimonio intangible al sembrar a trocha y mocha esas especies de franquicias en las que se han convertido El Floridita y La Bodeguita del Medio, sitios donde, por cierto, apenas asoman turistas.
      En fin, amiga, crucemos los dedos para que nuestra ciudad no sucumba definitivamente ante el todopoderoso sector.
      Un beso!!!

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  3. CL acercándonos a un polvorín.
    Coincido en la educación de nuestros hijos para preserven tamaña responsabilidad patrimonial.
    En la medida que la cultura avance hacia la conservación podremos mantener una ciudad que exhiba sus mejores atuendos arquitectónicos e históricos y la cultura se enseña, no cae por gravedad, pero también las decisiones deben ser examinadas y si fuese el caso algo falló para que ahora predomine tanto ruido en un entorno que lleva implícita orden, disciplina.
    Nuestra música, por su contagioso ritmo, atrae multitudes, no puede convertirse ella por si sola en atracción turística. Además las transformaciones constructivas deben ser bien estudiadas, asesoradas, consultadas para no rompan con la armonía de hace 26 años donde se respiraba paz, tranquilidad…. buenos modales. Si retorna la quietud también estaremos dando lecciones a los que nos visitan de la conservación de una ciudad dormida en el tiempo, bien viva y cuidada.
    El abrazo de siempre.

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    • Lo que siempre me he preguntado Mayra, es que muchas personas consideran el patrimonio inmaterial como un elemento menor, sin darse cuenta que ahí es donde reside el verdadero atractivo para los turistas. Y me pregunto, de qué va a vivir la ciudad si no tiene una identidad que ofrecer a los turistas? Gracias por compartir mis perspectivas. El abrazo de siempre desde esta lado de la web.

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  4. Hola, mi coterráneo. Gracias por compartirnos estas ideas que son las de muchos trinitários. Gracias, Rayma por su post dentro del post; al final usted se refiere a algo que es crucial: la educación, hoy en día nuestros niños saben más del turismo y de los hostales que hay en Trinidad que de la historia que guarda cada una de sus piedras o de sus rejas. Reflexionemos todos. Gracias.

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  5. Eso siempre pienso, cuanto hay que cuidarla, cuando fui a vivir a Trinida en los 90’s eso me llamo la atencion del trinitario como mantenia y era receloso con su cuidad, me parecio fantastico. Hoy cuando veo el hotel en la Popa, me dan ganas de llorar
    y me pregunto; que les paso? Hay que ver el ejemplo de algunas
    ciudades Patrimonio que no dejan ser intervenidas. Pero creo tambien que hay que resaltar el trabajo de rescate de los ingenios en el Valle.
    Dios los ilumine. Creo que hay que dejar la ciudad vieja tal y como es y crear las opciones turisticas fuera del Casco, ya el es turistico
    porque si, porque se conservo a traves del tiempo.

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  6. yo lo acabo de compartir por twitter, para que otros lo lean. Te quiero.

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